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jueves, 27 de diciembre de 2012

Araña de Miel

Soy una araña triste, los hilos que tejo salen de mi alma cansada… dulce y agraz, húmedos de llanto y pesados de lamentos… busco que mi mundo esté en armonía y de pronto me susurran que no tengo mundo… Soy una araña que intenta estar bien, intenta que los hilos puedan mantener la luz de su vida en paz pero desde afuera los tiran, intentan romperlos y los cortan poco a poco… duele… Soy una araña de miel… quien no tiene vida, quien no tiene mundo y a quien existir sencillamente no le agrada. Lucrecia

lunes, 17 de septiembre de 2012

No Importa

Tantos pesares y quejas, dolores de alma que no me dejan dormir… Dios, dame la oportunidad de volver a nacer y elegir mi camino a sabiendas, de tener la experiencia de lo pasado y lo sentido… Dame ese chance que no se entrega para ver si de algún modo puedo sonreír sin sentir tristezas, dámelo y lo mas probable es que quienes están a mi lado serán las mismas personas, ya que si debo pasar por todo para conocerlos, lloraré las mismas lagrimas solo por tenerlos… Lucrecia.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Presente

Estoy rendida en un infierno de excremento dulce… gritos, desprecios, historias escabrosas de las que no quiero oír pero me las cuentan… Vomito sangre, la bilis es un manjar que ya no existe, este dulce infierno con mis demonios amados no dejan que me vaya, solo piensan en sus tristezas pero dejan en mi piel marcas imborrables, dolorosas, como las del ganado cuando es propiedad. Infierno amable que se torna a cada instante menos respirable, suéltame, déjame ir de ti, Ángeles infernales, dejen de quemar mis alas con sus gritos de impotencia, no vacíen sus errores en lo poco que queda de luz, suelten mis amarras para volar lejos y probar ese algo… de lo que aun carezco… Lucrecia.

Chatarra

Siento el desprecio que me tienes en tu aliento de fuego y alcohol, esa rabia contenida hoy ha salido por fin y reafirma mi pensar, mi pesar… Hombre por género no por hecho, solo un nombre que demostrar, una pose, un estatus… todos sabemos lo pobre de alma que eres, un pobre…, corazón de lata, oxidada por lagrimas de hambre de poder.

Lucrecia.

miércoles, 4 de julio de 2012

A perdedor...

Mi cabello cae en tu cara mientras respiro agitadamente sobre ti…dulce encuentro de corazones destrozados, mientras el vaiven de la complicidad nos hace uno... me pregunto quien está mas solo, tú con una relacion sin sentido o yo amandote sin tu respuesta, me refugio en un sueño de aromas de deseo intenso, sexo furioso y juegos de piel que nos encaminan al gemido callado, fugaz e ilicito… amandote, deseandote y buscando entre este juego inutil llegar a tu alma, siempre apostando a perdedor... Lucrecia.

domingo, 24 de junio de 2012

Desencuentro

Esperé el encuentro por casi 2 décadas… fue un encuentro como choques de planetas desde distintos limites de una galaxia, intenso, poderoso, extraño, la furia de mi alma errante quiso desesperadamente amarrarte a mi, sin soltarte en cada conversación, sin bajar la mirada mientras contabas tus historias, desesperada por guardar cada segundo de tu imagen, de tu olor, de tu piel, pero... sin notarlo y con la inocencia de la soledad acostumbrada no notaba que te estaba expulsando de mi presente con las ansias guardadas pero aterradas de las sombras de malos recuerdos. Llegó el fin de la historia mas rápido de lo que esperaba, casi 2 décadas muertas siguen muertas ahora dentro de un corazón negro y putrefacto... que aun recuerda la ilusión de un sueño que nunca terminó por realizarse… Lucrecia

sábado, 9 de junio de 2012

Distancia

Distancia, hielo, silencios absolutos que dejan ver entre ambos el poco interés de una palabra amable, nuestras manos ya no se buscan intentando comenzar el juego secreto que una vez disfrutamos, mas nuestras almas alguna vez fueron una, el tiempo carcome hasta el amor mas puro, solo el tiempo responderá a la plegaria que sale de un suspiro... Lucrecia

jueves, 7 de junio de 2012

Desamor

El desamor vino después del veneno que salio de tu boca, provocando horror en mis ojos, los abrí inmensos sin creer lo que el viento traia a mis oidos, dejame sola con este dolor podrido luchando contra recuerdos que hacen que te sienta como mi Dios, solo déjame sola, inventando recuerdos de asco para ya no sentir que mi alma necesita de tu presencia... Lucrecia

viernes, 1 de junio de 2012

Quiero un tiempo mas

Dulce viento otoñal que con sus colores grisáceos me haces recordar una infancia turbada, vuela alto y despeja mi cielo dejando ver el azul del infinito, cálido y placentero... frio enorme y cruel, busca entre otros brazos el calor que quieres deshacer yo mis brazos los tengo cansados de tanto albergar recuerdos, de tanto dar girones a un amor tambaleante... silencio sepulcral, demora años en llegar a mi vida, en arrancar de mi ser el cariño mas grande que he conocido, váyanse y dejen de hacer mi diario vivir un infierno latente, déjenme y váyanse lejos las pesadillas de noches eternas y febriles, quiero disfrutar de su compañía, tranquila, borrosa,… pero aun presente... Lucrecia.

Lagrimas Contenidas

El viento frio de una mañana intensa roza la piel de una mano empuñada… calma!.- dice mi mente, pero mi alma impotente y sarcástica la empuja a un grito silencioso de rabia contenida… recuerdo su risa enferma de penas y recuerdos vagos, no me reconoce a estas alturas, mas yo lucho contra mi infierno constante, cotidiano, que me alarma de esa partida inminente y prefiero la rabia de mi verdad certera a una lagrima en mi rostro por su falta… Lucrecia

miércoles, 22 de octubre de 2008

Recuerdos...


Tocando suavemente su cuerpo recorro los recuerdos de un antiguo amor
Beso sus labios ahogando tu nombre que quieren gritar con pena tu partida
He llorado tu silencio haciendo el amor con tu recuerdo…sus manos me acarician y te extraño…
Cuánto he de soportar esto…mi ilusión es enamorarme de otro, de su rostro, de su cuerpo, de su alma, pero al mirarlo te veo a ti en mi cama y su cuerpo es tan distinto al tuyo, sus besos no tienen tu pasión.
Ay de mi!!!, cómo hacer para olvidarte en los brazos de otro si mi alma no quiere dejarte ir…
No puedo…no quiero…siempre estas aquí, en mi alma, junto a mi…


Lucrecia.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Ahogo...


Parada sobre el tejado de esta casa vieja siento el viento tibio del atardecer rozar mi piel sedienta de ti.
Recorre mi cuerpo cual seda fina y suave, dejándome en un estado de éxtasis que me lleva a otro mundo…
Cierro mis ojos y te imagino acariciando mi cuerpo como aquella noche en la que fuimos solo uno, que delicia…añorada y lejana…
Enciendo un cigarrillo y el humo se torna tu cuerpo prefecto y nuevamente, como deseándolo te imagino en mí, en mi cuerpo, en mi interior…es tanto lo que te pienso que me acompañas adonde vaya, ahora, aquí, en este tejado suave me haces tuya una vez mas…mientras en la complicidad de la tarde, ahogo un gemido…dedicado a ti.
Lucrecia

El ùltimo


Duele el alma…el cuerpo al sentir tu ausencia.
Duele mi pecho desnudo al sentir mis manos tocarlo sin tus dedos…
Llora mi cama vacía por saber que no volverás.
Se quejan mi pieza, mis muebles, mi espejo al no ver más nuestros cuerpos juntos, abrazados retozar…
Se lamentan el sol y la luna al saber que no seremos uno al mirarlos.
Mueren mis labios rojos y suaves al saber que el beso de la última vez será solo eso…el último beso…
Lucrecia

miércoles, 18 de junio de 2008

Olvido...


Hoy al despertar como cada día pienso en ti…
Y con mi alma ajada me levanto de esta cama fría en la cual alguna vez retozamos,
Si supieras cuán grande es mi amor por ti y
el miedo que siento al escuchar los pasos agigantados que está dando el desamor hacia mí.
Te extraño y ya no se qué hacer, te llamo, te busco, te persigo y no hay caso…
Ahora, desde otro lugar de mi mundo triste alguien me llama, ofreciéndome alegrías,
con el alma llena de amor, ese que me estás negando, lo tomaré?, no lo se…
Pero conforme pasa el tiempo siento que me vas perdiendo y lo peor, es que el tiempo corre rápido.


Lucrecia

martes, 27 de mayo de 2008

desilusion...


Me sangra el alma de dolor.
Entierro mis uñas en mis palmas de la rabia he impotencia por no tenerte,
Fui solo un juego, una maldita entretención
Ayer me llamaste y pensaba enviarte al demonio, pero estaba drogada y no recuerdo que te dije.
Quisiera odiarte, pero es tan grande este obsesionado amor que te tengo que no puedo, solo me alcanza para una pena eterna que no quiere salir de mi ser.
Odiarte, cuanto quisiera…al menos, olvidarte…




Lucrecia

martes, 6 de mayo de 2008

Ojos


Sería perfecto poder cerrar los ojos y desaparecer del mundo al momento de hacerlo… tener la facultad de elegir si queremos seguir con ellos cerrados o abrirlos en algún momento…Hoy quiero cerrarlos y dejarlos así…quietos.


Lucrecia

viernes, 2 de mayo de 2008

Dolor...


Cual hoja seca quiebras mi alma y la tiras al viento dejando que éste la lleve donde quiera,
tengo mi alma herida y agotada… mutilada de tanto dolor y decepción, porqué me tomaste entre tus brazos he hiciste de mi futuro un cuento de hadas, porqué tomaste mi presente y reconstruiste con mis lagrimas de anhelos rotos un palacio de cristal, con el cual, después de una frase llena de mentiras y falsedades arrancada de tus labios rompieron mi palacio en mil pedazos… siento que caigo al vacío llevando conmigo a cuestas una pena eterna, caigo pensando en lo que no fue…no es…y nunca será…caigo.



Lucrecia

miércoles, 26 de marzo de 2008

Frustracion


Mensualmente la impotencia se vuelve sangre entre mis piernas, dolor en el vientre, sudor en mi frente, lagrimas en mi rostro....
Caigo cual hoja seca llorando porque esa sangre me recuerda que no podré concebir, lloro y maldigo durante un largo rato, el dolor es insoportable, dolor de cuerpo, de alma, de madre frustrada…
Parada en la ducha miro hacia el piso y la tinta roja que sale de mí me recuerda nuevamente que mi sueño se va por el caño, desciende de mi cuerpo hacia las cloacas de mi barrio, de la ciudad… realidad…, que realidad mas miserable.
No puedo evitar mirar por mi ventana, niños jugando, ilusiones de cuerpitos pequeños revoloteando en la plaza de mi casa.
Luego, seco mi cuerpo, seco mis lagrimas, hago mil cosas, despejo mi cara, me peino y comienza el show, soy yo nuevamente, no hay problemas, solo fue un mal día, nos vemos el próximo mes.




Lucrecia

lunes, 24 de marzo de 2008

Divino tesoro


Cuántos amores enterrados hay en el mundo, con tumbas incorruptas rogando por ser movidas?
Cuántos temores existen en la razón de un cariño que hacen que algo grande se desvanezca en el tiempo?
Años como siglos de diferencia son los que separan mi realidad con la suya, aunque, al ver que ruega por una oportunidad, dudo…
Y nuevamente cae en mi mente, como un manto de seda, suave, delicado y liviano, mas, con mucho valor, el prejuicio que me murmura al oído y reprocha mi realidad, grita en mi mente por lo que temo, el qué dirán.
Es joven y yo una mujer, aun tiene mucho que vivir y no puedo arrancarle años de experiencias por estar acompañando mi madurez.
Es joven y yo lo fui y por lo mismo lo dejo libre para que viva esta vida plena, sin amarras y sin prejuicios porque sufrir.
Es joven…



Lucrecia

jueves, 20 de marzo de 2008

Miedo


Camino rápido entre la gente, estoy nerviosa, hace calor y el sol me pega justo en la cara…, uufff, quiero llegar luego a mi destino, pero de pronto mi cabeza se nubla con dudas de mi cordura… y qué pasaría si enloquezco en este momento, si me da esquizofrenia y no tengo solución, pienso en mi hermana que tiene ese padecer y me aterro de pensar en tenerlo yo también
Luego, sin dejar de caminar por esta gran avenida llena de autos, vendedores ambulantes, negocios, personas, tumultos!!!!!!!!, siento que todos vienen a mí, comienzo a tiritar, me tiemblan las manos, las piernas, me cuesta respirar, siento que todos me miran, comienzo a sudar, hace calor, pero ahora tengo miedo, terror, estoy espantada de mis pensamientos.- trata de pensar en otra cosa.- pienso y me digo murmurando…, no lo consigo, pienso en la locura…, me duelen los pies de lo rápido que camino, choqué con un viejito, no le pido disculpas, solo trato de arrancar, de pronto me agacho en un rincón, tapo mi cara , tomo mi pelo, temo…, lloro silenciosamente, las voces que hay en mi cabeza soy yo gritando mis temores, .-silencio por favor!!!!.-, de pronto, me tocan el hombro, me levanto y sin mirar atrás salgo corriendo, estoy al borde…tomo un taxi, me subo rápido pido que me lleve a casa y estoy lejos…ya me siento mejor, me siento segura, otra crisis de pánico que me sale cara…


Lucrecia

miércoles, 19 de marzo de 2008

Mi tristeza...


Y ahí quedé, con mi corazón hecho jirones, destrozado,
mirando como se veía tu espalda conforme te ibas alejando…
.- ya no te quiero, perdóname por favor, ahora me voy porque no sé qué más decirte.-,
fueron tus últimas palabras, yo, con mirada fría, impávida te escuché parada frente a ti, haciendome la fuerte, dejando que pensaras que mi dolor no existe, que la vida continua como si no hubieras dicho nada, no lo notaste, pero empuñé mi mano tratando de detener una lágrima que desesperada esperaba en el umbral de mi ojo saltar a la suplica de tu lastima y rogar por una oportunidad mas.
Luego, al segundo que diste la vuelta, rodó por mi cara y la siguieron otras miles, tambaleándome, caminé a esa banca vieja que nos acogió en algún momento de felicidad, no habías caminado ni dos metros y te extrañaba una eternidad…
Han pasado algunas horas, y mi pecho está mojado de tanto llorarte de tanto llorar tu partida, de tanto llorar tu abandono, Dios, que dolor tan negro, que angustia tan interminable…hace frío creo, ya que las gentes corren apresurados a sus hogares, está oscureciendo y hay niebla, esta calle húmeda me refugia de la tristeza aplastante que tendré al llegar a casa y no encontrarte ahí, espero que seas feliz, lo deseo de verdad, para que este dolor que me has causado, valga la pena.




Lucrecia

viernes, 14 de marzo de 2008

Volver atras...


Las escaleras conforme subía, hacían denotar la poca preocupación por la limpieza de esa pequeña casa, las cortinas sucias, el baño mal oliente y el olor a encierro generaban en el ambiente un hedor insufrible y las pocas pertenencias reflejaban pobreza.
Los gatos al notar su presencia corrieron a refugiarse.
.- Hay alguien en casa?.- preguntó con casi un murmullo, sin recibir respuesta.
Lentamente, un poco vacilante, el hombre daba cada paso como si temiera despertar a alguien…, de pronto se encontró frente a una puerta arañada, golpeando bajo, nuevamente sin respuesta, su seño se frunció en una interrogante.
.- qué le habrá pasado?.-, se preguntó.
Abrió la puerta y se encontró con una anciana durmiendo en una pequeña cama, era su madre a quien no veía hace algunas semanas, se acercó he intentó despertarla de su sueño, pero a los pocos instantes notó con horror que no respondía, yacía muerta, la sacudió con fuerzas y un gato salió de entre las ropas con el hocico ensangrentado, al destaparla miró algo que jamás se esperó, el maldito gato le había comido la mitad de la mano, comenzó a llorar, .- porqué!!!??.- gritaba y lloraba, ya era tarde…
No podía entender el tiempo que dejó pasar antes de visitarla, las reuniones, las invitaciones, las mujeres, los amigos, todo fue una justificación para no verla, pero era tan simple, ahora la veía ahí, inerte, tan frágil, tan abandonada, tan sola, solo con la compañía de sus gatos, esos malditos gatos, vieja, sin vida y sin una palabra de perdón por su culpable descuido, ya era tarde, para llorar…demasiado tarde…
Lucrecia

martes, 4 de marzo de 2008

No me gustan los tríos...


Anoche mientras dormía escuche unos murmullos pequeñitos en mi cama:
Shhhh, no te vaya a escuchar dijo una voz femenina algo afligida…
No, está muy dormida para que lo haga, respondió una ronca voz varonil.
Luego de eso, risas y gemidos, yo, en la oscuridad de mi habitación no lograba ver que pasaba, pero trataba de no moverme para lograr captar qué pasaba en mi cama.
No prendí las luces, solo que puse mas atención a esa extraña conversación, yo escuchando y ellas hablando...
Luego de unos instantes fogosos de esa extraña y peculiar pareja, vino el silencio…y pasado unos instantes, la conversación que no esperaba:
Jajá jajá, tenemos mas acción en una noche de lo que ella ha tenido en meses, dijo ella con voz burlona.
No seas mala respondió él, tal vez sea por algo, nunca se sabe…
Sin moverme casi, levanté mi brazo y corrí la cortina de la ventana, no podía creer lo que veía, eran 2 hormigas en mi cama, desnudas, acariciándose sin importar nada y burlándose de mí!
Sentí el aroma de un perfume conocido y era mío, ella lo estaba usando, no tengo idea hace cuanto habrá estado pasando esto, cuantos días, pero de verdad era increíble
De pronto los miré con rabia, ya me habían colmado la paciencia, él dijo un comentario no muy positivo sobre mi persona, haciendo referencia a mi despreciable sobrepeso…

Me acerqué mucho a ellas, Hormiguitas les dije, lo han pasado bien?
Sus ojos se agrandaron aun mas, sorprendidas ante mi pregunta y al ver que las había notado.
Yo…, nosotras…, bueno…, este…lo que pasa es que necesitábamos algo de intimidad…
Y en mí cama, hablando mal de mi y riéndose a mis espaldas??!!, eso si que no!!, les dije y de un manotón las aplasté.
Si no tengo sexo es mí problema y no estoy para la risa de nadie, menos de dos hormigas.
De ahora en adelante, no comeré mas en la cama…porque no me gustan los tríos...



Lucrecia

sábado, 16 de febrero de 2008

Dìa del amor...


Feliz día del amor!! gritaban a los cuatro vientos mis amigas, mis colegas, los vendedores en la calle y la televisión.
Feliz día del amor gritaban todos, menos yo…
Para qué estamos con cosas, a la gente que está sola como yo, sea como sea nos afecta, somos vulnerables un día al año, el vendito 14 de febrero.
Ayer, mientras veía la televisión tomando una copa de vino sola, veía como los enamorados demostraban su amor regalando flores, chocolates, globos en forma de corazón, etc.…
La melancolía me corroía el alma, ó lo que queda de ella, de pronto, un mensaje en mi teléfono, uy!!, pensé, alguien se acordó de mí, decepción, "señor usuario su teléfono presenta morosidad, rogamos a usted acercarse a nuestras oficinas a cancelar su deuda", plop!, nada que ver!!!!
Luego llamo a un amigo para desahogarme, a alguien muy querido, hola le digo, muy nervioso me responde, "estoy desconectado del mundo, está en el baño", yo no entendía nada, no sabia que estaba pololeando y menos que yo fuera su "amante", otra decepción.
Tercera oportunidad, ahí llevaba mi tercera copa llena de vino, estaba rico por lo menos, el vino digo…, suena el teléfono, ya! Me dije, esta si que si, "Señora", me dicen, gran golpe a mi autoestima, "queremos hacerle una encuesta que no tardará mas de 15 minutos acerca de productos en boga", que mas da, me dije, dale dale, con la voz traposa y el poco de alma destrozada…, pasé los siguientes 15 minutos contestando ridiculeces que no entendía, pero para hablar con alguien, bueno…peor es nada, otro día de los enamorados desenamorada de la vida…



Lucrecia

jueves, 7 de febrero de 2008

Si supieras...


Soñaba despierta al mirarte caminar por la casa…
Reía por dentro al sentir tu brazo rozando el mío,
Cada vez que miraba tu rostro pensaba en el hijo que tendríamos, en lo bello que sería si se pareciera a ti.
Tu risa era mi vida, tus llantos mi tortura, tu preocupación mi insomnio, tu pereza mis cadenas.
Tengo tantos recuerdos de aquellos momentos nuestros o mas bien míos, ya que no se si lo notaste, pero te amé, yo se que no lo hiciste, porque ahora estoy sola y sin ti, si supieras cuanto te amé…



Lucrecia

lunes, 14 de enero de 2008

Temor


Me comporto como una cobarde, huyendo de un amor...
Y si fuera cierto, y si fuera real, tanto mal me han hecho, tanto me golpearon el alma que no puedo arriesgarme a la felicidad?
Temo…mas siento que es un error, pero temo.
Arrancar, huir, correr, callar, cerrar puertas, ventanas, apagar luces esconderme bajo mi cama! pero sé que estás ahí, esperando por una luz mía, por una esperanza de amor, me esperas, gallardo, calmo, con tu corazón atiborrado de cariño, mas yo huyo…
De qué, del miedo que me da el sentir amor y después no ser amada… yo huyo.

Lucrecia

jueves, 10 de enero de 2008

Barca




Caminando bajo la lluvia en esta isla perdida te recuerdo...


Tan lejano, tan distante, como un sueño hermoso.


La barca se va disipando entre la niebla, en ella va nadie, solo mi soledad...


Te veo desaparecer, lento, suave, como un suspiro, lejano, incorpóreo...


Desearía que mis recuerdos se fueran contigo, perder la memoria tal vez, no se...
conforme la veo desaparecer aparece en mí un dolor interno, en mi alma marchita, en mi cuerpo ajado, te recuerdo, mas no lo quiero hacer.


Dolor!!, que dolor tan intenso puede causar la decepción, el desamor, el engaño...


Dulce dolor!!! que amarga mis labios al dejar volar un beso a esa barca vacía que nubla mis ojos con mis lagrimas sin sal, que eriza mis vellos sin poder llorar, si, en ella vas tú, mas no eres tú, es un extraño que creí conocer desapareciendo de mi presente..., saltando a mis recuerdos.
Para mí va vacía ya que el hombre que la navega no es a quien yo amé, a quien yo conocí, a quien entregué mis noches de pasion y lujuria, de ternura y entrega sin cuestionamientos, es un extraño, que me deja aquí, en mi solitaria isla, con un dulce dolor y ya sin lágrimas, esas se perdieron y sirvieron para hacer un mar en el cual navega ahora quien destruyó mi pasado, dejando mi vida vacía, solo con penas y llantos secos...




Lucrecia

jueves, 3 de enero de 2008

Tócame...


Cada sábado era el mismo ritual, ella luego de una noche intensa y desenfrenada llena de alcohol, drogas y luego de bailar hasta caer rendida, se despertaba con los suaves acordes de una armónica pegada a su oído, era él, un joven solitario que le pidió en arriendo el sótano para ensayar esos días de invierno.
Al verlo por primera vez lo encontró tierno, con cara de niño bueno, él, 23 años, ella 34, ambos solteros y con vidas muy similares, bohemias ambas vidas, ambas vidas solitarias, pero con mas de una década de desfase.
Sebastián tenia un don que sabía ocupar con tal precisión que cada vez que tomaba la armónica se fusionaban, eran uno, sus labios pegados al metal parecían pertenecerse, parecían estar tan compenetrados y tan sincronizados que entre sus manos se perdía el instrumento dando la impresión de no existir dos, sino solo uno, ella lo espió varias veces, bajando al sótano envuelta en una sabana, mirando por el borde de la puerta, estaba tan concentrado, tan inmerso en su música que no notó nunca la sombra bajo la puerta .
A ella le encantaba escuchar esa música, blues, tan sensual, tan intensa, sugerente, le provocaba pasión, un fuego dentro que solo la entrega podía apagar, pero su vida solitaria la dejaba solo con la intención sin llegar al hecho.
Amanda sentía que su vida a pesar de ser tan alocada era plana, le faltaba algo, un toquecito de misterio, de intriga, de jugueteo, de condimento, ese que todos necesitamos alguna vez.
Un sábado cualquiera al entrar en camisón, uno que apenas le tapaba el cuerpo a la cocina para tomar un café lo encontró ahí, sentado mirando al piso…
Te he visto.- le dijo él
Me has visto qué?.- preguntó ella intrigada
Te he visto mirando y escuchando lo que hago, porqué lo haces?.-
Porque me gusta.- respondió ella
El era un chico muy serio, cada vez que se encontraban la miraba sin sonreír, bajando rápidamente la vista y apenas dejando escuchar su voz.
Te molesta?.-, preguntó ella sin tapujos, se caracterizaba por ser muy directa.
No, solo me parece curioso, pero últimamente no lo has hecho.-
Jajaja, no me digas que me extrañas?.- preguntó riendo
Luego de eso, él se paró y se fue
Algo gatillo en ella que salió a buscarlo tal cual estaba, estaba lloviendo y hacía frío, salió al patio corriendo tomándolo del brazo y dándolo vuelta a su cara.
Perdona, no quise ofenderte, no creo que sea para tanto.- le dijo mientras la lluvia caía en sus cuerpos, de pronto, sus miradas se perdieron en sus pupilas, se miraron fijamente por un largo tiempo sin decirse palabras, se acercaron con sus rostros empapados y un beso mojado dejó en claro lo que ambos buscaban.
El piso era de tierra y con el agua se hizo resbaladizo, un barrial se había formado en el patio, ella a pies descalzos y él con zapatillas no podían mantener el equilibrio, eran tan apasionados los besos, tan llenos de deseos que de pronto cayeron al suelo, entre risas él comenzó a sacarse la ropa, no le interesaba el diluvio que caía, ella disfrutaba de la lluvia en su cuerpo, sintiendo como él acariciaba sus piernas, sus muslos, como besaba sus labios, su cuello, sus pechos erguidos a pesar de su edad, sentirlo la estimulaba mas y mas, él por su parte dejaba notar a través de su pantalón las ganas de estar dentro de ella, las ganas de poseerla, ya no aguantaba mas, de pronto, ella sin que se lo pidieran se despojó del pequeño camisón, quedando desnuda a merced del agua y de los deseos de ese jovencito inquietante, lo miró con una cara tan deseosa que él no demoró en quedar sin sus ropas, dejando ver su masculinidad y virilidad en todo su esplendor, rápidamente le abrió las piernas para envestirla con fuerzas, pero ella, haciendo gala de la experiencia que sólo los años entregan, tomó su falo suavemente, estaba muy duro y lo metió en su boca, lamiéndolo con gusto mientras miraba su rostro, lo chupaba con tal delicadeza que él sentía explotar en cualquier momento, él no podía creer lo que ella le estaba haciendo, solo disfrutaba sin creerlo riendo de placer, el espectáculo era una delicia, ambos desnudos en el suelo barroso, mojados, teniendo sexo furioso, dejándose llevar tan solo por sus instintos, de pronto no dio mas y le avisó que acabaría y ella paró, mirándolo con cara de morbosidad, de ganas y se montó sobre él meneando sus caderas mientras sus pechos se movían conforme lo hacía, estuvieron así por algunos minutos, por unos largos minutos, se escuchaban gemidos, quejidos, risitas entre cortadas, placer, solo placer la lluvia mojándolos, sus manos resbalando de sus cuerpos, el calor, el frío, el deseo, y de pronto se escuchó un grito unísono que dio por terminado en una sacudida compartida el deleite de pertenecerse por esos instantes, fue exquisito, Tita cayó sobre el pecho de Sebastián cubriéndolo de la lluvia, fue algo tan loco que no reaccionaban aun de lo que habían vivido, de pronto, ella lo miró y le dijo:
Quiero que me toques como a tu armónica.-
Cómo?.- preguntó sorprendido y sonriendo
Si, quiero tener tus labios entre mis piernas y que me toques como a ella, quiero sentir esa pasión que le entregas, quiero eso, quiero que tu lengua recorra mi entrepierna dándome el placer que me produce escucharte, pero ahí, donde yo quiero ahora.
No se dijo mas, él la tomó acostándola en el suelo, abrió sus piernas y comenzó a lamer y lamer sin parar, luego su lengua toco el clítoris dando rienda a un gemido de placer gigantesco, supo dónde estaba su punto y abusó de el cuanto quiso, ella acabó una y mil veces, hasta que le rogó no seguir, le ganó el placer que ese muchacho le entregó…
Después de eso, se despertaba siendo una armónica, su muchacho la tocaba como a su instrumento, enredado entre sus piernas y sabanas cada sábado por la mañana…


Lucrecia

lunes, 31 de diciembre de 2007

Miro


Miro desde mi escondite la noche infinita en este cerro que se ha hecho mi hogar, sueño que soy parte de ella y recorro feliz sus calles, sonriendo con confianza a las gentes que me saludan y me invitan a comer, imagino que a mis 8 años les causo ternura y mas de alguno me estrechará en sus brazos dandome cariño y acariciandome el cabello, besando suavemente mi frente...
Luego, miro las estrellas, las luces de las casas y las calles, miro la vida nocturna y de golpe recupero mi realidad y me escondo…
Me escondo de sus garras, que me tira a jirones y despoja de mi cuerpecito pequeño la ropa vieja que ando trayendo, me escondo de él, quien sabe por donde habito, quien sabe que yo existo.
Me escondo de su morbo, de su mente, de sus manos, de sus brazos.
Miro desde mi escondite como se mueven unos zapatos viejos, que tropiezan por el alcohol, es mi padre que me busca, es por él quien busco refugio en este cerro que ve cómo duerme tranquila esta enorme ciudad que cierra sus ojos a mi realidad, esta ciudad que entre fiestas y tragos hace oídos sordos a mis gritos de auxilio, ya me vio, soy nuevamente su presa, comenzó su festín, ya bajó mis pantalones, es mi padre, porqué no lo entiende?, es mi padre…


Lucrecia.

miércoles, 26 de diciembre de 2007

Madre mía


Cuando pienso en ti quisiera que algún rasgo de tu personalidad me perteneciera, tu gallardía, tu fortaleza, tu entereza, quisiera poder parecerme aunque sea un poco a ti.
Se que en tu interior llevas la carga de tantos años de trabajos, desde tu infancia hasta ahora, de luchas en las cuales llevabas sobre tus hombros a 6 hijos, los cuales ahora te recriminamos mil cosas pero que olvidamos tu esfuerzo por sacarnos adelante…
Eres grande, no hay que decírtelo, tu espíritu emprendedor nos sacó de una casa de muñecas al palacio que ahora cada uno tiene, recuerdo en mis momentos malos lo que has sufrido en tu vida, las decepciones, las desilusiones de quienes pensaste estaban contigo, para yo así darme cuenta que mi sufrimiento es solo una astilla en mi dedo.

Con qué moral podemos decirte algo que hayas hecho mal, si siempre nos diste alas para poder volar, siempre nos dijiste cómo era el mundo y siempre apoyaste y apoyas nuestras decisiones…, cuando recuerdo que me decías que no querías a algún novio mío no te tomaba en cuenta, pero ahora, al mirar atrás y al paso de los años y la experiencia que he adquirido, por algo lo decías, tu sabes mucho y de eso no hay duda, eres un ejemplo de persona, tienes defectos, como todos los tenemos, pero estoy segura de que ninguno de nosotros pasando siete veces por siete vidas podrá sacar adelante con los pocos recursos que tuviste a una familia tan particular como la nuestra, aun falta que algunos levantemos el vuelo, pero cuando lo hagamos, espero que estés orgullosa de nosotros, porque de ti, se me hincha el corazón de saber que me tocó a la persona, la mujer que siendo débil en el fondo de su alma como una gotita de agua, es fuerte como un hierro solo para poder mantenernos en pie y juntos de alguna manera, querida madre mia.


Lucrecia

martes, 18 de diciembre de 2007

Paso al lado.


Lo besé en sus labios hermosos y me siento culpable
Acaricié su espalda con mis manos limpias y quedaron sucias
Él es hermoso por dentro y fuera, pero tiene dueña…
No puedo hacerlo, a pesar de sus ojos negros, su mirada penetrante, su voz varonil, sus conversaciones interesantes, no, no puedo seguir con este juego de niños grandes
que me está llevando a un vendaval de emociones y sentimientos encontrados que me están volviendo loca…
Qué son los valores, los principios, eso se sabe cuando se ponen a prueba
Es una voz en la conciencia que te dice qué no está bien o que lo que has hecho está correcto…
Ya se lo dije, no jugaré ésta partida, paso al lado, él me entendió y respetó mis argumentos, es un caballero, nos extrañaremos, mas, seremos los mismos amigos que fuimos antes, solo que ahora sabemos cómo es el sabor de nuestros labios, las fantasías que tenemos y el calor de nuestros cuerpos…
Lucrecia.

lunes, 17 de diciembre de 2007

Marta


Marta tomó la otra noche unas copas de mas y comenzó a recordar su pasado..., ese que la tenía sumida en una profunda depresión.

Comenzó a recordar tantos malos momentos junto a él, la forma en que le hablaba anulándola como persona, como mujer. Marta pasó muchos años con ese hombre, aguantando, soportando, esperando por un cambio, por un mañana mejor, ese que nunca llegó.

Entre copa y copa se dio cuenta que el problema no era él en sus recuerdos, el problema era ella.

Comenzó a recriminarse todo el aguante que tuvo, todo lo que soportó, los recuerdos de sus silencios luego de las humillaciones..., el vino comenzó a mezclarse con las lágrimas, si, Marta se dio cuenta que no se había perdonado nada de nada.

De pronto se vio en aquellos momentos reviviendo amargamente su historia, Marta miraba a su alrededor y veía entre lágrimas, el humo del cigarro, las colillas amontonadas en un viejo cenicero de cobre, la botella de vino y una casa vacía.

Hoy en la noche Marta salió en las noticias, nadie entendió lo que pasó, llevaba días sin vida..., testigos presenciales, la tristeza, la soledad, una caja de pastillas, una botella de vino y una copa de mas...
Lucrecia.

jueves, 13 de diciembre de 2007

sesion...


Ayer fue mi sesión con mí psicólogo, ya no iba por mis problemas, solo iba a verlo a él, pero ayer me mató en vida y creo no poder verlo más.

Le dije que lo amaba, que me había enamorado de él sin quererlo y pensó que es lo típico que le pasa a los pacientes con sus doctores, pero no, yo se que lo mío es distinto, es real, es fuerte, es intenso.

Mis hijos están bien, soy una persona con una buena vida, mi pareja es, podría decirse, perfecta, no existen los celos, se conserva bien, es una muy buena persona, estamos casados por el civil y la iglesia, estamos muy casados, les juro que lo dejaría todo por él, pero al decirme.- Gabriel, yo no te correspondo.- me mató...



Lucrecia

sábado, 8 de diciembre de 2007

Mi querido Antonio


Cada mañana, al despertar pienso en ti, de lunes a viernes mi querido Antonio...

Se que no soy la única, que esperas tanto a hombres como mujeres, niños y ancianos, a quien se te acerque, para tí son bienvenidos.

Mi querido Antonio, no sabes que a pesar de eso me alegras el día, verte ahí al salir del metro, en tu clasico escalón, esperándo a quien te dé una mano, yo, apresuro mi paso para poder darte mi ayuda.
te busco entre las gentes para llegar a ver tu rostro ajado y sin muchos dientes, luego de dejar la monedita de cien pesos en tus manos, trato de rozar tu palma para así, junto a tu sonrisa generosa, llevarme un recuerdo tuyo al trabajo, mi querido Antonio del metro Cal y Canto.


Lucrecia.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Cansada


Cansada, dale un respiro a mi alma temblorosa, a mi corazón angustiado, a mi mente perversa…
Cansada, dejen de besar mis labios tristes, de mirar mis ojos húmedos, de tocar mi frente ajada, de acariciar mi cuerpo maltratado…
Cansada, de mirar mí reflejo y ver como se tiñe mi pelo del color de la vejez.
Hastiada de tener que dar un paso mas y no saber donde he de caer.
Creo que hoy no es un buen día, creo que no me levantaré, me quedaré aquí en este banco de mi plaza, ya es de noche, comienza mi pega, pero no venderé mi cuerpo por unas monedas, solo por esta vez…

Lucrecia

Alas


Hoy desperté con ganas de ser una mariposa y poder volar hasta desaparecer...

que fascinante sería poder tener alas y recorrer prados llenos de flores silenciosas que no cuestionen como bates tus alas, cómo tocas sus pétalos, o cómo cambias de flor en flor.

hoy desperté con ganas de irme del lugar donde vivo, sin dar explicaciones, sin mirar hacia atrás

hoy quiero tener alas, pero ahora me da lo mismo si son de mariposas, pajaros o murciélagos, solo quiero tenerlas...incluso ser un caballo pegaso para tener la opción de correr por si me canso..

hoy quiero tener alas, así que cerraré mis ojos, pensaré que las tengo y disfrutaré con mi imaginacion que no estoy aquí, que partí hacia otras tierras lejos de mi mundo, en el mundo que hoy sinceramente no quiero estar.


Lucrecia.

martes, 4 de diciembre de 2007

Desde mi ventana...


Entre gotas y goterones te observo…
Distante, tan lejano como puede ser,
Tras ese vidrio empañado trabajando sin mirarme,
te observo.

Buscas entre papeles algo que no entiendo y de pronto, sin disimulo
Miras hacia mi, y me haces sentir desnuda, con vergüenza
porque me atrapaste mirándote a escondidas, si, sin que lo sepas…
Te observo…

Observo tu espalda, tu pelo, tus ojos, tu andar
Me inquieta, me gusta, me da paz el mirarte sin notar
Pero cuando miras hacia mí, esa calma que me da la clandestinidad
Se vuelve torbellino, y aun así, sigo, desde mi lugar… te observo

No te hablaré jamás, no te tocaré jamás
Mas aun, sabiendo eso, me gusta esta situación
Conforme pasa el tiempo me gusta más y más
Y mientras tú no veas, yo…, te observo...


Lucrecia.

Alegria


Me da risa mirar el cielo y ver las nubes como juegan con el viento.
Me da alegría ver el suelo y mirar las pisadas de las gentes que dejan de ellos.
Me gusta el mar que juega con las corrientes por debajo de los cruceros.
Me gusta esto de la vida, tan llena de sorpresas, felicidades y desaciertos.
Me fascina sentir que respiro, que tengo alma y saber que pienso.
Me gusta esto de la muerte porque creo que hay algo más allá, algún consuelo…
Amo estar con mis pulmones llenos de energía, con mi cerebro lleno de recuerdos, con mi corazón colmado de sueños.
Pero lo que mas amo es mi mundo, que conforme pasa el tiempo lo voy arreglando a mi modo, según los caminos que decida tomar o las decisiones que se me ocurran en el momento, siempre habrá un mañana para luchar, para crecer aun mas, con mis sueños, mi imaginación, mis instantes, con mis manos y mis cuentos…
Lucrecia.

Tarde...




Anoche peleamos con mi pololo, se enojó porque un muy buen amigo mío me llamó por teléfono, bueno, yo creía que si se enojaba era porque me quería, lo encontraba tan lindo.
Me trataba como una niña chica diciéndome que hay ideas que son imposibles que se me ocurrieran a mí, creo que me quería tener bajo sus alas, lo encontraba tan tierno.
Cuando me pedía la opinión de algo, hacía lo contrarío, era un bromista, pero lo raro es que él nunca se reía...
Ayer en la mañana le levantó la voz a mi mamá, le dijo que no se metiera en nuestros problemas, que si ella me ve llorar que no entre a mi pieza, igual creí que tenía razón porque necesitaba privacidad.

Ahora estoy en la uci, conectada a un respirador mecánico, mi pololo me golpeó, lo ultimo que supe de mi guagüita es que aborté por una de las patadas que me dio en el vientre, me duele respirar, mi mamá está muerta, uno de los balazos que me tiró le llegó a ella en la cabeza.
Yo estoy según los médicos a punto de morir, no puedo abrir los ojos, solo recordar todo lo que me ha pasado, tengo una bala alojada en un pulmón y los golpes que me propinó en la cabeza me dejaron en coma, creo que no me quería tanto como yo pensé, me siento débil, ahora siento un dolor en el brazo y se me está pasando al pecho, siento que corren los doctores y las enfermeras, me pusieron algo frío en el pecho, ay!!, si pudiera retroceder el tiempo..., ahora siento que las fuerzas me abandonan, ahora siento…
Lucrecia.

viernes, 30 de noviembre de 2007

Pasión


La pasión..., que cosa más exquisita, esas ansias por tomarte cada vez que te miro, cada vez que te pienso…
Son ganas de hacerte mío a cada instante, aun cuando las fuerzas ya no me acompañan, aun cuando siento que ya no puedo.
Es la desesperación de poseerte en cada rincón de esta ciudad, de este mundo, de este cuarto, de mi encierro...
Es un impulso animal que me hace sentir fuego en el alma, calor en mi cuerpo, sed de tu hombría, ganas de tocar el infierno pasando por el cielo…
Aprovéchame ahora que lo siento, porque la pasión muere, y eso pasa en cualquier momento…
Lucrecia.

jueves, 29 de noviembre de 2007

Sin Tí




Estoy en mi cuarto, son las tres de la madrugada y un mal sueño me despertó, no he querido prender la luz, ya que la generosa luna me entrega sus tenues rayos para yo escribir estas palabras…
Son las tantas de la noche y miro tu lado de la cama, sin estarlo aun te veo ahí, soñando con ese mañana que nunca llegó, moviendo tu cuerpo hermoso y suspirando por sueños bellos.
No puedo conciliar el sueño y mi mano recorre el rincón que te pertenecía, la almohada que ocupabas, ese espacio que ya no tiene vida…
Sin darme cuenta traté de abrazar tu sombra pero se sintió tan frío, tan solitario…
Aun veo entre los pliegues de las sabanas tu mano junto a la mía, aun veo tu brazo rozando el mío, pero ya no estas, te fuiste de mi lado con una esperanza muerta
Comenzó a amanecer y las luces del sol hacen que reaccione de mi letargo, pero por mas que lo intente aun te siento aquí, conmigo, sin tenerte a mi lado…por mas que busco el olvido.
Lucrecia.

Cuánto


Cuánto puede durar una pena me pregunto y conforme lo hago la tristeza que guardo en mi alma reside ahí sin ganas de dejarme…
Cuanto puede durar la angustia de no sentir más allá que dolor,
Pero sin duda las ganas de querer escapar de este vendaval de sentimientos dañinos me ahogan en un mar de lágrimas que he creado sin notarlo.
Cuanto he de aguantar estar así…esperando por una razón de existencia, por una luz que me guíe, por una mano que me tiendan y que yo quiera tomar
Cuánto puede durar una pena me pregunto y conforme lo hago sigo estando con mi soledad, que se ha aferrado en mi alma, que se ha incrustado en mi cuerpo, se ha adueñado de mi ser y por mas que quiero que me deje libre, por mas que yo lo intente no me quiere dejar ir para volver a ser lo que fui, una persona con vida y ganas de ser…
Lucrecia.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Dejandome ir


No te arriesgas a ser feliz
A saltar a un mundo de alegrías a mi lado
No te arriesgas a ser libre y poder compartir conmigo tus sueños encerrados
Sabes que en la prisión que estás es sólo por compromiso, por pena quizás, pero por amor es claro que no.
La costumbre nos confunde, nos limita a no querer llegar mas allá de lo que somos
El miedo a hacer daño te pone entre la espada y la pared, en una situación que solo con dejarte estar lo solucionas.
Estás perdiendo la oportunidad de ver la vida de otra forma, de compartir vivencias y de experimentar nuevos sueños.
Me estas dejando ir…, sin darnos la oportunidad de ser uno y poder ser feliz…
Lucrecia.

martes, 27 de noviembre de 2007

Alma


Desearía ser solo un alma o la esencia de mi ser la que pudieras ver.

Desearía que pudieras ver mas allá de mi cuerpo, de mis facciones, de mis senos generosos, desearía que pudieras ver lo que guarda mi alma, lo que llevo en mis sentimientos, lo que pienso, lo que siento...

Desearía que al tocar mis manos pudieras sentir el calor que produce un rose tuyo en mí, que en la oscuridad de mi habitación mis ojos se tornan humedos solo al saber que estoy contigo, de sentirte a mi lado.

Desearía ser solo un alma...y que no notaras mi cuerpo.
Lucrecia.

lunes, 26 de noviembre de 2007

Prométeme


Prométeme que el día en que yo muera la casa relucirá de limpieza

y las cortinas blancas flamearan con el tibio viento de la tarde,

prométeme que cuando ya no exista mis sobrinos hablaran de mí

como de una estrella que los cuidará desde el cielo,

prométeme que mis padres olvidarán la pena, que mis hermanos no llorarán,

por ultimo prométeme que la vida no es tan mala como para quererla dejar…
Lucrecia.

jueves, 22 de noviembre de 2007

Ilusión


Mirar tus ojos verdes
rozar tus labios,
acariciar tu cara
que ilusión mas bella
que sueño tan prohibido.
Tocar solo con la punta de mis dedos tus manos sin que me sientas
o verte caminar sin que lo sepas.
Quisiera…
Quisiera tenerte a mi lado para poder abrazarte con fuerzas y poder descansar mi cabeza en tu hombro
Estamos tan lejos y tan cerca, es solo un sueño hermoso, que me impacienta cada vez más solo es eso, una ilusión…poder tocarte...
Lucrecia.

La Micro


Esa mañana era una de tantas, de desayuno tomé una discusión con mi pareja, la taza llena de cuentas, mal sexo, plata que no alcanza y el pan relleno con el trabajo de mierda que tenemos que aguantar, después de salir casi arrancando de este infierno pasé a dejar a mi hijo al colegio y apenas tuve tiempo de llegar al paradero y tomar la micro.Lo que me imaginaba, sucia, llena y hedionda, este ataúd de metal pasaba una vez cada media hora, mala suerte la mía de vivir en la periferia de esta ciudad, los componentes de este circo eran mujeres con sus guaguas en brazos, estudiantes que descaradamente sentados simulaban leer un libro para evitar la mirada inquisidora de los adultos, personas con el pelo aun aplastado dibujando sin vergüenza la almohada recién despegada, los vidrios empañados con el aliento no dejaban siquiera distraer la vista en la calle mojada.Paraba, frenaba y aceleraba, luego carreteaba, uff, mis piernas flojas apenas soportaban mi cuerpo y con los ojos aun dormidos a pesar de la ducha fría por falta de gas, trataba de buscar un lugar en este enjambre mal oliente, crucé mi mirada con un par de ojos que me observaban entre abrigos, gorros y paraguas, me sentí nerviosa, pero a los segundos los olvidé, ya que pensaba sólo en buscar un rincón quieto para esperar llegar a mi destino; de pronto, ya en mi refugio, tratando de distraerme miré las caras de estos entes, y nuevamente esos ojos se cruzaron con los míos, pero esta vez me quedé en ellos, eran profundos, muy negros, me sonrojé nerviosa, casi esbocé una sonrisa, pero un frenazo lo impidió, luego, al buscar mirar su cara completa me incliné hacia delante, tocando y despertando a una mujer que dormitaba en el asiento frente a mi, me incorporé, disculpándome avergonzada.Era como una hembra buscando su macho, grande, imponente, con dientes blancos y pelo ondulado que dejaba caer un mechón en su frente, me miró como a una presa y sin reparos se acercó a mi, era alto, grueso, imaginé que era un obrero por su vestimenta, se paró a mi lado, apoyó su mano junto a la mía en el respaldo helado de un asiento, en un descuido sus dedos tocaron los míos, su mano era tosca y muy grande, su perfil no era muy lindo, pero tenía una nariz aguileña que de todas formas me pareció atractiva, de pronto me vi sintiendo un calor en todo mi cuerpo, un calor muy agradable se apoderó de mis partes intimas, hace años que no sentía eso, quería que me tomara, que me apretara a su cuerpo, que bajáramos corriendo y en algún rincón que me hiciera suya sin miramientos, sin preguntas, sin futuro o pasado.Las miradas seguían cruzándose sin disimulo, ya no me importaba la gente, las cuentas, las peleas, incluso mi hijo, de tener en ese momento la opción habría salidos corriendo sin culpas muy lejos junto a él, olvidando responsabilidades, reuniones de curso, fiestas familiares, discusiones, malos ratos, olvidándolo todo...Pasaron algunos minutos y en mi cabeza las fantasías iban y venían, sus manos, su cuerpo, y en un momento sin importarle dejarme sola se movió de mi lado, la micro iba aún mas llena y haciendo gala de una personalidad descarada se quedó parado justo detrás mío, el bulto que apoyó en mí era tan grande que creí acabar en ese instante, tuve que cerrar la boca para ahogar un gemido que por poco se escapa de lo mas interno mío .- Dios Mío.- susurré, a esas alturas creo que yo era la que empañaba aun mas los vidrios, se acercó mas aun, sentí una de sus manos jugar cerca de mis caderas, se inclinó hacia mi oído y susurró algo que no logré entender, y sin avisar se bajó corriendo aprovechando que alguien acababa de bajar, sin esperar que estuviera detenida totalmente saltó a mis recuerdos, perdiéndose entre las ventanas empañadas, yo, mequedé con su pelo ondulado y sus ojos negros, él, con mi billetera...
Lucrecia.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

A mi Padre


En cuantas pesadillas te he perdido
O en la misma realidad me imagino ese nefasto día,
Y sin quererlo lloro desconsolada con algo que algún día pasará.
No quiero sentirlo, pero el dolor me embarga…
Tus manos anchas y ajadas son la muestra viviente de un pasado de esfuerzos
Y me miras con tus ojos cansados esperando una palabra mía
Te amo más que a nadie.- me gustaría gritar a los cuatro vientos,
pero la vergüenza que me da demostrarte lo que siento ahoga esas palabras que disimulo con una caricia.
Te amo y si pudiera daría mi vida por hacer las cosas bien y poder llenarte de comodidades, pero en la realidad solo puedo darte las gracias por haberme amado.
Cada vez que cuentas historias ya contadas te pongo la misma atención buscando detalles que has excluido en otras versiones para guardarlas como tesoros en mi mente y no olvidar tu voz, tu calma, tu sosiego, te admiro tanto, por tu fortaleza de espíritu, pero al mirar hoy tu cuerpo débil y tus manos temblorosas al sorber de la cuchara un poco de sopa vuelven a mí los miedos de perderte, quiero decirte con el alma blanda por tu carita y el corazón sangrando por tu gran cariño hacia mi, que eres lo mas grande que tengo y que a pesar de nuestras diferencias de opinión, eres lo mejor que he tenido y espero seguir tus pasos, que aunque lentos hoy, van seguros y con la frente en alto...
Lucrecia.

La pieza


Vivo en una pieza de adobe, la cual es mi espacio, mi mundo y me da miedo dejarla…
En ella recibo a mis pocos amigos y sobre todo a mis amantes, ellos no saben que el otro existe pero les parece raro que luche por mi libertad estando encerrada en mi pieza, una vez hubo uno al cual le habría dado mi vida si la hubiese pedido, pero se fue con una amiga, se casaron y fueron felices, ahí perdí mi corazón, lo busqué debajo de mi cama, en el ropero, incluso dentro de la estufa que prendo en invierno, pero nada, no lo encontré, creo que se lo robó y junto con eso congeló mi alma; a veces, cuando en invierno prendo esa estufa vieja, me apego a ella tratando de darle calor a mi pecho, con la esperanza de que mi alma volverá a tomar el calor que un día tuvo, pero es imposible, día a día se enfría mas y temo que con algún movimiento brusco se quiebre en mil pedazos y ahí no sé qué haré, sin corazón y sin alma.
Las paredes de mi pieza se están quebrajando y no hago nada por arreglarlas, no me avergüenzan cuando llevo a mis amantes, solo me interesa que me abracen y me hagan sentir como una vez lo hice, pero no puedo, al momento que los dejo en la puerta, la magia desaparece y quedo ahí nuevamente, sin mi corazón y con el alma fría, tengo tantos amantes como me da el tiempo, de a poco los he coleccionado, con la esperanza de que alguno de ellos recoja de la calle la pieza que me robaron, el corazón que me robaron y me lo devuelva para así poder volver a sentir lo que una vez, pero han pasado tantos años que estoy perdiendo esa esperanza.
No lo puedo negar, me duele no tener corazón, es un vacío profundo al lado del alma que al moverme se siente hueco, por eso trato de no moverme mucho cuando hay gente, por eso no tengo muchos amigos y por eso salgo poco de mi pieza, tengo a mis amantes mas que todo porque me cuentan que está pasando en el exterior, como está el día, qué pasa en la vida misma, en la vida que no estoy viviendo…
Después de congelarse mi alma y perder mí corazón me prometí encontrarlo, pero los miedos se apoderaron de mi y la única que siempre está ahí es mi pieza, no sé si les conté, vivo en una pieza de adobe, la cual es mi espacio, mi mundo y me da miedo dejarla…
Lucrecia.

martes, 20 de noviembre de 2007

Aquellas vacaciones...


Las únicas ganas de hacer algo que tenía ese verano era de esconderme bajo mis sabanas y desaparecer, todo esto porque mi cuerpo explotó de pronto, con un desarrollo algo tardío, de ser una flaca chica y plana, sin gracia, acostumbrada a ser invisible pasé a unos pechos gigantescos para mi, un trasero gordo que ocultaba con poleras largas y holgadas, y para peor, alta como un edificio.
A mis padres la idea de viajar al sur los alentaba cada mañana desde que comenzó a hacer calor, por mi parte a mis 18 años odiaba la idea de ir nue-va-men-te a la casa de nuestros tíos en Linares, para ir al río, al bosque y ver la trilla, eso me tenía cansada.
Al llegar a destino lo mismo de siempre, aburrido y mas caluroso que nunca.
Lo primero, saludar a todos, obviamente mis padres se olvidaron que yo existía y mis hermanas chicas salieron corriendo en busca de quizás qué, dejándome entre maletas y bolsos los que tuve que bajar sin ayuda, puteaba mi vida, puteaba mi destino, puteaba a todo el que se me acercaba, no aguantaba el calor, tenia mi cuerpo empapado con mi propio sudor y las sandalias totalmente mojadas, hasta que zaz!!, me doblé el pie y caí de rodillas al lado del auto, el escándalo que había dentro de la casa no dejó escuchar mis lamentos, de pronto, escuché una risita burlona dirigida a mi, busqué entre la luz del sol que me enceguecía al gracioso que osaba burlarse de mi desgracia, busqué en todos lados y nada, la duda y la curiosidad hicieron que me olvidara del dolor y la rabia, pero no encontré al culpable.
En la tarde todo fue tranquilo, pero terriblemente caluroso, después de saludar a todos, fuimos a la casa de la tía Venera, el parron gigante del patio de su casa dejaba ver apenas el sol abrasador, y sus rallos caían tenues en el suelo húmedo, corría un viento frío que acariciaba mis brazos cálidamente, mi pelo se pegaba a mi cara debido al sudor de mi frente, mojados mi cuello y pecho brillaban evidenciando el calor de la tarde, mi atuendo era un vestido escotado, ajustado arriba y holgado hasta las pantorrillas y sandalias bajas, me senté frente a la cocina, nos sirvieron sandía, pero el calor era tan intenso que no tomé en cuenta la cuchara y el plato, así que la tomé entre mis manos y comencé a comerla, estaba helada, jugosa, fresca, el jugo caía a la tierra húmeda, mordía el fruto con unas ganas increíbles y la sed se extinguía conforme iba comiéndola, de pronto, en la cocina, mientras escupía unas pepas, divisé la sombra de un hombre, era alto y me miraba desde la oscuridad, no había duda, me miraba, estaba inmóvil con un pie apoyado en un banco, parado como una estatua, solo estaba ahí, mirándome, yo alcanzaba a ver su sombra, sombrero, una camisa, pantalones doblados y las chalas.
Traté de mirar sin que se notara mucho quien era esa persona, quería saber como era su cara, pero nada, no había caso, mi pelo largo, con el viento tapaba mis ojos y me impedía verlo.
Mi madre halagaba el sabor de la fruta, a lo que mi tía sin quererlo me presenta a este ser inquietante:
.-Si, la sandía la eligió el Pedro, este cabro tiene muy buen ojo, Pedro, ven pa’ que te conozcan!!.-
y a penas dijo su nombre, desde las sombras apareció él, alto, con su cuerpo fibroso, grande y moreno por el sol del sur; sus ojos eran como dos grandes almendras, oscuros como la noche, apenas me miraron, su pelo negro como el carbón dejaba caer en su frente un mechón que tapaba una de sus gruesas cejas, logré ver que los pantalones al moldear su cuerpo dejaba ver lo generoso de su hombría, sus manos eran imponentes y fuertes y sus brazos de haberlos querido tomar con una mano me habría sido imposible, eran gigantes, duros, era un hombre en todo el sentido de la palabra, pero la valentía que tenía en su refugio la perdió al mostrarse a mi, también pude ver como lentamente el rojo de la vergüenza invadía poco a poco su rostro y las ganas de salir corriendo al ver que todos lo miraban.
- pobrecito- pensé, pero también sentí algo que no había sentido nunca.
Luego de ese instante dijo algo que no entendí y salió con paso firme y rápido hacia no se donde, desapareció de mi vista, pero solo ese momento bastó para encontrarle sentido a mi estadía en, hasta ese momento, ese aburrido lugar.
Me enteré que era el hijo del capataz de las tierras de mi tía, había estado viviendo en el pueblo mientas estudiaba, me dijeron que cuando éramos chicos jugábamos, pero de eso sinceramente no me acordaba, por lo visto era el sucesor del puesto, a sus 21 años manejaba las cosas al revés y al derecho, la tía estaba muy contenta con lo bueno, tranquilo y responsable que había salido, también me enteré que no le conocían polola o alguna mujer, al contrario, muchas de las niñas de los alrededores estaban tras el, pero el no las tomaba en cuenta.
Al día siguiente en la mañana, me pidieron ir al huerto a buscar cebollas, fui solo con la intención de encontrarme con él, pero nada, por mas que me demoré en sacarlas no apareció, decepcionada caminé lentamente con mi derrota a cuestas, de pronto al cruzar el riachuelo que separa el huerto, de la casa se dobló mi pierna nuevamente, la misma que le había dado la bienvenida a la tierra al llegar y las cebollas saltaron lejos, yo caí sentada al medio de este mar, empapada completamente, de pronto entre mi rabia y grito escuché nuevamente esa risa que a esas alturas ya encontraba insoportable, levanté la vista inmediatamente y entre los matorrales apareció Pedro, que casi no podía caminar de tanto reírse, quedé inmovilizada de pura vergüenza, qué hacer, correr imposible, llorar sería de niñas, lo único que pedía era que la tierra se abriera y me tragara...
-hola- me dijo con una voz ronquita y una sonrisa blanca que me deshizo
-hola- le dije, tratando de disimular mi espanto y vergüenza.
-usted parece que no está acostumbrada a caminar en la tierra-
-porqué lo dices?- pregunté algo confundida.
-porque ayer también se cayó, al lado del auto, se acuerda?-
-Ah!, eras tu - le dije algo molesta y de pronto me di cuenta que estaba aun sentada en medio del agua, traté de levantarme.
-disculpe si se molestó, pero no fue mi intención enojarla-, mientras decía esas palabras se metió al agua, tomó mi mano y me levantó lentamente hasta acercarme a su cuerpo, nos quedamos mirando por algunos instantes, muy cerca, demasiado cerca, el agua pasaba por nuestros pies, la sentí tibia, el viento enredaba mi pelo y este acariciaba su cara, su mano a pesar de yo estar de pie, no soltaba la mía, no quería que la soltara, me perdí en sus ojos negros desafiantes, esos segundos hicieron acelerar mi respiración, la de ambos, luego, sin quererlo perdí el equilibrio y tratando de acomodar mis piernas di un paso, el que me acercó mas aun, nuestras caderas se toparon frente a frente, descaradamente, al notar que yo tambaleaba con su otro brazo rodeó mi cintura, me acercó mas a él, firme y decidido, la fricción que provocó mi movimiento en nuestros cuerpos me permitió sentir su virilidad, sentí como crecía, el me apretaba mas y mas, yo lo ayudaba, nuestros corazones estaban a punto de reventar, creí que me quemaba viva, mi cuerpo susurraba al viento-quédate- las cosquillas de mi estomago comenzaron a bajar, estaba ardiendo, creí evaporar el agua de mi ropa, era algo fuera de este mundo, su olor me atrapó completamente, casi jadeando del placer que me producía ese contacto traté de decir algo, imposible, unas ganas casi incontrolables se apoderaron de mi y con mis manos tomé sus brazos enormes tratando de sentirlo mas aun, de pronto algo me hizo dar un salto y separarme de el, fue evidente, estaba aterrada por lo que ocurría, ya no lo estaba controlando, corrí hacia la casa y llegué empapada a la cocina.
- mija, porqué estas estilando y las cebollas?- preguntó mi tía
Las cebollas!!, pensé, luego de un momento y tratando de hilar las palabras dije -se me cayeron- a penas terminé de decir eso apareció Pedro en la puerta con mi encargo, el que había dejado olvidado junto con mis ganas.
-en qué estas pensando chiquilla?- dijo mi tía soltando una carcajada que apenas dejó escuchar mis pensamientos.
-la niña se cayó en la acequia y se le quedaron las cebollas- dijo Pedro mientras se sacaba el sombrero.
-gracias- dije apenas con un susurro y salí corriendo dándole un empujón sin querer a mi héroe.
Llegué corriendo a la pieza en que dormía, estaba oscura, apenas con la luz del día podía ver algo, me saqué la ropa mojada y quedé mirando mi cuerpo desnudo en el espejo viejo que estaba apoyado en la pared de adobe, entre el color café del vidrio producto del abandono, y las sombras de la habitación, veía mi cuerpo de una forma distinta, terso, espigado, delgado, con mis contornos delicadamente redondos, suaves, el calor de la habitación hacían que mis pechos se vieran mas grandes aun, apareció en mi mente Pedro, lo recordé tocando mi cintura, mi cara, sus caderas, pero justo en ese momento una de mis hermanas tocó a la puerta y desperté de mi sueño, de ese deseo que por primera vez experimentaba...
Pasaron algunos días y de él no supe mas, pensé que no le interesaba en lo mas mínimo y lo que había sentido aquél día solo yo lo había experimentado, trataba de hacer cosas para sacarlo de mi cabeza.
Una tarde, caminando sola por el Bosque Liso, así le llamábamos porque los árboles tenían troncos larguísimos y el suelo siempre estaba limpio y sin piedras ya que era el patio de recreo de una escuela básica, llegué al río que quedaba a sus pies, hace tiempo no lo visitaba, era mas pequeño de lo que recordaba, solitario como siempre en esas fechas, y lo suficientemente profundo como para nadar, el agua seguía tan cristalina como la recordaba, era hermosa, limpia y helada, pero el calor de ese verano no dejaba pensar en el frío y sin pensarlo dos veces me arranqué el vestido y comencé a nadar en sus aguas, estaba espectacular, sola en ese paraíso me desconecté totalmente de mi entorno, el agua, el viento y el fuego son los elementos mas sensuales que encuentro de este mundo y estaba en uno de ellos, jugando como niña, luego de un rato, salí y me tendí en el suelo, buscando que el sol amarillo entibiara mi cuerpo, estuve así unos minutos, con los ojos cerrados, disfrutando de la luz que daba en mi cara, de pronto una sombra se interpuso entre el cielo y yo, asustada trate de mirar quien era, pero la luz impedía descifrar la cara del que me estaba mirando, luego de algunos segundos y usando mi mano para tapar la luz pude verlo, era Pedro que sin hablar me lo decía todo, no se cuanto tiempo me había estado mirando pero sin ningún disimulo recorría con sus ojos grandes mi cuerpo casi desnudo, me incorporé rápidamente, tomando mi vestido avergonzada del espectáculo que estaba dando traté de vestirme, no sabía qué hacer y él tratando de decir algo salió arrancando dejándome con las palabras en la garganta y sin entender absolutamente nada.
Luego de eso me vestí confundida, pero con una alegría en el fondo de mi alma que no podía entender, me había mirado, había acariciado con sus ojos mi piel.
Llegué a la casa y me encontré con la sorpresa que Pedro era nuestro guía para ir a recoger moras, nos miramos y ambos esbozamos una sonrisa cómplice, que me hizo sentir nuevamente mariposas en el estomago, esa sensación me encantaba y el me enloquecía.
Fuimos al camino que queda al lado de la casa, era un camino largo, lleno de zarzamoras, los árboles hacían del camino un túnel de luces y sombras, el viento que siempre corría fuerte hacía bailar las hojas en las ramas delgadas de los álamos, un espectáculo de ensueño.
Se acercó a mi y comenzamos a hablar de una forma tan natural y tan esperada que olvidamos que estábamos rodeados de mi familia, de todas formas nadie notó lo nuestro, cada uno estaba en su mundo, luego de unas horas, quedamos de juntarnos en la noche, a las 9, le dije a mis padres que iría a dar una vuelta, ningún problema.
Caminamos, la luna estaba redonda , gigante y amarilla, parecía que podíamos tocarla, entre risas nerviosas y empujones tomó mi mano, afortunadamente la luz natural no dejo ver mi cara sonrojar, estaba ansiosa, el también, al cabo de una hora llegamos a un pajar al aire libre, una especie de cerro amarillo, los colores estaban en todo su esplendor, jugamos, reímos, tratamos de subir el montículo, al intentarlo resbalé y el me alcanzó con sus brazos firmes, quedé de espaldas a el, pero lentamente comenzó a girarme, yo sabia que algo pasaría, sentí que me desmayaba, el, sin soltarme siguió aferrándose a mi cintura, la respiración de ambos se agitaba cada vez mas, luego, frente a frente nos quedamos mirando, se acercó poco a poco, yo, cerré mis ojos húmedos, las ganas de que me besara me estaban matando, luego de acercar y alejar sus labios a los míos por fin sentí su lengua acariciar la mía, una y otra vez, tibia, caliente, apenas podía respirar, estaba fascinada con lo que me estaba pasando, quería mas y mas, comenzó a acariciar mi espalda tiernamente, corrió mi pelo para besarme el cuello, -Dios- pensé, bajé mis manos tímidamente por su espalda, hasta llegar a sus caderas, agarré el borde se sus pantalones y lo acerqué a mi, el entendió mi invitación, me apoyó en el cerro de paja, y lentamente caímos en un blando colchón amarillo, sin dejar de besarnos y sin emitir una sola palabra comenzó a acariciar mis pechos, que a esas alturas pedían a gritos ser parte de esta fiesta, me bajó el corpiño para sentir mi piel, yo miraba sus ojos negros, tan llenos de deseos como los míos, de pronto me encontré de espaldas al suelo, el sobre mi, sus besos eran caricias a mi alma,-sigue, sigue- gemía mientras lo ayudaba a subir mi vestido, la virilidad de este espectacular hombre estaba en todo su esplendor, grande, duro, tenía miedo del dolor que me produciría el contacto pero lo deseaba tanto que seguía esperando el momento, de pronto se levantó y se despojó de su camisa, su cuerpo moreno y marcado al erguirse me dio un respiro, por un instante se quedó mirando mi cara, y dijo- eres tan linda-, no podía creerlo, se abalanzó hacia mi besándome y acariciándome con mas insistencia, el vaivén de nuestros cuerpos comenzó de forma natural, sus labios exquisitos bajaron a mis pechos, el festín de placer que nos estábamos entregando no tenía precedentes en mi vida, poco a poco comencé a separar mis piernas dejando que el se acomodara a mi, fue una muy buena decisión, sentí sus ganas justo donde yo también las tenia, su lengua, la misma que jugaba en mi boca, ahora dibujaba mi cuerpo con la tranquilidad y desesperación de un sediento frente a un vaso de agua fría y fresca, bajó su mano a mi entrepierna tocándome de una manera mágica, estaba húmeda y caliente, traté de moverme un poco pero su peso me lo impidió, me miró casi suplicando mientras sacaba de su pantalón lo que yo estaba esperando, trate de explicarle mi miedo, me besó tiernamente y dijo- yo sé, tendré cuidado-, leyó en mis ojos el temor, y cuidadosamente me envistió, una y otra vez hasta sentirlo dentro de mi, el poco dolor que sentí en algún momento lo olvidé con el placer que estaba experimentando, mis manos se agarraban de su espalda, sus besos dulces recorrieron completamente mi cara, mi cuello, mis pechos, después de un largo rato, ambos nos aceleramos, mas y mas, era como saber lo que el otro quería, fuerte, caliente, húmedo, de pronto juntos dimos un grito, la sacudida de nuestros cuerpos entumecidos y calientes a la vez nos unió aun mas, el temblor fue al mismo tiempo fantástico, intenso.
Me sentía extraña pero feliz, sus manos no dejaban de acariciar cada rincón de mi anatomía, tierna pero enérgicamente, húmedo, ansioso, con risas entrecortadas y gritos ahogados, por un momento pensé no estar participando de esta fiesta y sentí que me elevaba y miraba este espectáculo de ganas y gemidos desde otro ángulo, el placer que estaba experimentando era de una potencia extrema, el calor que salía de nuestros cuerpos podía fácilmente quemar el lugar, no quería que terminara, no recuerdo cuánto tiempo estuvimos descubriéndonos, amándonos, acariciándonos, solo se que no me importaba, a el tampoco, el festín de placer entre risas cortadas y gemidos me tenía cautiva, no quería dejarlo o que me dejara, sentía que podíamos estar así, en esta fusión ,la vida entera, de pronto, entre los cerros una luz se asomaba, roja, tibia, era la realidad, estaba
amaneciendo...
Lucrecia.